Un grupo de expertos está reclamando a los mandatarios europeos, que aceleren la aceptación de la norma para proteger los derechos de los ciudadanos y la innovación.

En la fase de diálogo, la regulación está amenazada por una oposición equivocada por parte de los representantes del gobierno, a favor de la autorregulación de las compañías que desarrollan modelos fundamentales de IA-

Estas deberían adherirse a sus propios códigos de conducta, en vez de ser reguladas de manera directa por organismos oficiales, este cambio de enfoque está retrasando la aprobación del reglamento de IA.

Esto puede socavar la eficacia y plantear severos riesgos para los derechos de los ciudadanos europeos y la innovación europea, en contra de un enfoque autorregulador, existen diversas razones para apoyar la aprobación del Reglamento en su forma original.

Las empresas no deben hacer las reglas por sí mismas

Existen códigos de conducta, cuando son obligatorios, son insuficientes e ineficaces, cuando la compañía se autorregula puede priorizar los beneficios, sobre la seguridad pública y los aspectos éticos.

No está claro quién supervisará el desarrollo y las aplicaciones de estos códigos de conducta, como y con qué grado de responsabilidad, este planteamiento recompensa a las compañías que se arriesgan al no invertir tiempo y recursos en códigos de conducta sólidos, en comparación de las que sí cumplen.

La regulación de la IA se acelera después de controlar todos los ámbitos

Esto representa un perjuicio para la industria de la IA, ya que las compañías quedan con la incertidumbre de sí sus productos y servicios estarán permitidos en el mercado y si pueden enfrentarse a multas tras su comercialización.

Es posible remediar la incertidumbre con normas directas una vez que el reglamento ya haya sido aprobado, limitando así el debate parlamentario, si cada empresa o sector elabora sus propias reglas, el resultado puede ser un mosaico de normas.

Esto aumenta la carga de supervisión para el regulador, pero hace más difícil que las empresas cumplan con los códigos, obstaculizando la innovación y el cumplimiento, esto va en contra de los objetivos fundamentales del Reglamento de IA.

El liderazgo de la UE en la regulación de IA

La oposición de Italia, Francia y Alemania, regulan los modelos fundacionales de IA pone en peligro el liderazgo de la UE en la regulación de IA. La UE está abogando por el desarrollo de normas que garanticen que la tecnología sea segura y justa para todos.

Esta ventaja se puede perder si no se aborda con rapidez y éxito los desafíos normativos pendientes, una UE indecisa perderá su ventaja competitiva frente a países como EE.UU. o China. Los ciudadanos europeos corren el riesgo de utilizar productos de IA regulados según valores y agendas no alineadas con principios europeos.

El coste de no regular la IA

Retrasar la regulación de la IA tiene sus costes, son normas, los ciudadanos son vulnerables a aplicaciones de IA que no sirven a los intereses públicos, la falta de regulación abre la puerta a posibles usos indebidos y abusos de las tecnologías de IA.

Las consecuencias son graves e incluyen violaciones de la privacidad, sesgo, discriminación y amenazas a la seguridad nacional en áreas críticas como la sanidad, el transporte y la aplicación de la ley.

 

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